
Los videojuegos han demostrado que son mucho más que un simple pasatiempo, y han llegado a posicionarse mundialmente como una de las industrias con mayor crecimiento en los últimos años. No es ningún secreto que como negocio son muy redituables, aunque para la mayoría de los jóvenes que quieren desarrollar videojuegos el factor económico llega a ser solamente un valor agregado ya que por lo general el deseo de crear es alimentado por un amor muy particular que solo puede existir entre un hombre y su consola. Cuando uno decide aventurarse a desarrollar video juegos más vale que ese amor sea real, porque el camino para ser un desarrollador exitoso es largo y laborioso, casi tan difícil como pasar Contra sin el código de las 30 vidas.
Para empezar hay que ser realistas, el jugar muchos videojuegos no te vuelve un excelente desarrollador, así como comer mucho no te hace un excelente cocinero. Son procesos mentales y formaciones diferentes, sean honestos consigo mismos.
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